lunes, 2 de julio de 2012

Literatura y Peronismo. Charla con los escritores Brienza, Incardona, Minore y OM

En el marco del programa "Que florezcan mil libros", promovido por la Secretaría de Cultura de La Cámpora, se realizaron dos charlas con escritores: una con un panel integrado por Juan Diego Incardona, Gito Minore y Pablo Ortíz Maldonado (OM)  y otra con Hernán Brienza en la unidad básica de Villa Pueyrredón el viernes 29 de junio y el sábado 30. Bajo la consigna Literatura y Peronismo, los panelistas abordaron el tema desde distintos ejes y dieron cuenta de la importancia de la cultura como una herramienta que interpreta un momento político y sirve para la formación de cuadros políticos.

En la primera jornada, ante gran cantidad de asistentes, Incardona enumeró conocidos relatos antiperonistas que tenían un afán tan reaccionario que provocaron el efecto inverso al buscado: La fiesta del monstruo, de Borges y Bioy Casares y Casa Tomada, de Cortázar. Apuntó que en ambos hay una parodia del peronismo para desacreditarlo a la vez que se crea un clima de paranoia y temor al otro, personificado en el ser peronista.
El autor de El campito explicó que estos textos evocan a El matadero, de Esteban Echeverría, que relata lo que sucede cuando un hombre de la civilización se introduce en un matadero, en una clara analogía con lo que sucedería si cruzara ahora la General Paz: los bárbaros lo querrían matar y violar. Luego siguieron textos de autores del movimiento que también hicieron uso de la parodia: Leopoldo Marechal en Adán Buenosayres; Leónidas Lamborghini en el poema Eva Duarte en la hoguera, en donde aborda una reescritura en tono humorístico de La razón de mi vida.
 
Tras este análisis, Incardona aludió a las representaciones literarias de Evita según autores y épocas: una Evita muerta como signo de la derrota del peronismo, en la pluma de Borges y Viñas; un cuerpo con poderes mágicos que posibilita la resurrección del movimiento nacional y popular, en la versión de Rodolfo Walsh en Esa mujer; una búsqueda de contar la gran historia en el retrato de Tomás Eloy Martínez.
Por su parte, el responsable de cultura de La Cámpora en la Ciudad de Buenos Aires y comunero de la Comuna 12, Ortíz Maldonado (OM) valoró la iniciativa de La Cámpora de incentivar el armado de bibliotecas populares en las unidades básicas de los barrios y promover el hábito de la lectura y debate. En ese punto, ponderó la importancia de leer dos libros escritos por Perón: Manual de conducción política y Doctrina peronista: "El militante está obligado a sumergirse en esos textos para comprender la historia y principios del justicialismo y llevarlos a la acción", afirmó.
A continuación, OM leyó extractos referidos a la filosofía de vida que el General predicó: "Lo más importante es que el gobernante no sea un burócrata, sino que gobierne con amor y haga obra con entusiasmo, sintiendo que gobierna a hombres...". Ello le dio lugar para citar a otro líder espiritual, Néstor Kirchner, quien al asumir la presidencia en el 2003 tuvo una frase que fue un "piropo": aquella de "Vengo a proponerles un sueño...".
A su vez, rescató el ejemplo de Rodolfo Walsh y su reflexión sobre el rol del intelectual: "Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra".
Autor de Poetas depuestos. Antología de poetas peronistas de la primera hora, Minore realizó un recorrido de cómo fue su acercamiento a esos artistas peronistas invisibilizados: ocurrió en una peña donde leían poesía y escuchó al mítico Alfredo Carlino recitando un poema sobre Eva Perón. A partir de allí, le sugirieron la idea de armar un libro sobre esos autores olvidados, aquellos que, tras el golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955 y proscribió todo lo vinculado con su figura, desaparecieron de la historia por su vinculación con el movimiento de masas más importante.
Coincidiendo con esa lectura, Incardona indicó que desde el 2001 "la literatura indaga en las raíces del peronismo y hay una vuelta al barrio para recuperar la identidad perdida en los '90". En ese sentido, explicó que "la literatura se toca con la doctrina porque indaga en la sensibilidad, en la historia de un país".
Durante el segundo encuentro, también con el eje de la literatura peronista, Brienza recordó que en los '90 militó en la mutual de Homero Manzi, "cuando era muy difícil ser joven y peronista", y fue el primero en proponer el armado de una biblioteca: "Los libros te dan información confiable, están para guiarnos y contarnos la historia", señaló.
Brienza comenzó refiriéndose a la gauchesca: describió al gaucho del Martín Fierro como "sujeto político del movimiento nacional y popular que resiste al modelo liberal agroexportador". El periodista de Tiempo Argentino apuntó que esa construcción del gaucho como representación de "lo argentino" fue manipulada durante el conflicto con las patronales de la Mesa de Enlace.
También Leopoldo Marechal realiza un simbolismo del gaucho más famoso deteniéndose en la figura del Sargento Cruz, quien se pasa de bando y pelea contra los milicos: "Este autor, peronista por antonomasia,  realiza una metáfora con el personaje de Cruz como si fuera Perón: se pone del lado del pueblo dando cuenta que hay sectores del Ejército que luchan a favor de los intereses populares", reveló. 
Interiorizando en otro de los textos de este escritor, Brienza indicó que Adán Buenosayres plantea interrogantes como qué es la nación, cómo se construye, cuál es su espíritu, en el marco de la gran angustia del siglo XX que es la falta de Dios. En esa clave, apuntó que en la Comunidad Organizada, de Perón, se plantea que ante la náusea de este mundo, hay que poner una sonrisa: "Hay que desterrar la angustia porque nuestra misión es armar la comunidad organizada para garantizar la felicidad espiritual del pueblo".
Luego analizó otras novelas del llamado "poeta depuesto": El banquete de Severo Arcángelo, donde refleja la ausencia de una burguesía nacional; Megafón o la guerra, "es un libro profético": se narra la batalla que da el pueblo argentino para construir la Patria, se suceden ataques y un juicio popular, termina con el protagonista descuartizado y desaparecido, en una analogía con los desaparecidos de los '70.
Como cierre, Brienza  valoró que "los escritores tienen la capacidad de advertir sobre los devenires de los pueblos, preveen y metaforizan" y planteó que la literatura política" interpela a la política y sirve para reflexionar sore las identidades nacionales".

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