viernes, 16 de diciembre de 2011

Mural homenaje a Solano López en Núñez


El héroe verdadero de El Eternauta
es un héroe colectivo, un grupo humano. 
Refleja así, aunque sin intención previa, 
mi sentir íntimo: el único héroe válido es 
el héroe en grupo, nunca el héroe individual,
el héroe solo."
Héctor G. Oesterheld

En las inmediaciones del estadio de River, allí donde el creador del Eternauta imaginó la base de operaciones de la resistencia contra invasores, hoy reluce un mural homenaje a quien fue el dibujante de aquella mítica historieta argentina, Francisco Solano López. Sáenz Valiente al 1.100 fue el lugar elegido por los compañeros de La Cámpora Núñez, La Cámpora Cultura y la Brigada Plástika para plasmar todo su arte en pleno corazón del barrio el pasado martes 13.
Se trata de una intervención artística realizada de modo colectivo a lo largo de todos los rincones del país, en donde los compañeros impregnan imágenes que obligan al traseúnte a detener su paso apurado y contemplar la imitación del trazo que narraba las aventuras de Juan Salvo por las calles porteñas.
Además de destacarse por la calidad de sus guiones y dibujos, la historieta de ciencia ficción hoy merece una relectura que remite a nuestro pasado reciente.
La historia creada a fines de los '50 retrata una Buenos Aires desolada, cubierta por una especie de nieve fosforescente que caía del cielo y mataba a quien entrara en contacto con ella. En ese contexto apocalíptico y violento producto de la incertidumbre, un hombre, Juan Salvo, protegido con un traje aislante para evitar el contacto con la nieve, descubre que  ésta es resultado de una invasión extraterrestre y conforma un ejército con los sobrevivientes para enfrentarla. Así se van desarrollando varias batallas contra los "cascarudos" en distintos puntos del país con una vuelta de tuerca atrapante en el final.
Como una alegoría de las dictaduras que acecharon al país o como una premonición de los tiempos por venir, Oesterheld creó un héroe colectivo que casi cincuenta años después reviviría en la figura de Néstor Kirchner, quien emergió como el líder político y social más importante luego de la crisis del 2001. La imagen del Néstornauta y los murales que reflejan episodios de la historieta son el mejor tributo a esos artistas reconocidos no sólo por su talento sino por su compromiso político.
Militante de Montoneros, Oesterheld fue secuestrado en 1977  y sus cuatro hijas también fueron desaparecidas por el Estado terrorista un año después. Hoy son parte de esos 30 mil desaparecidos que son reinvindicados por las políticas de derechos humanos concretadas por Néstor y Cristina Kirchner desde  el 2003.
Tal como el kirchnerismo, los murales que rinden tributo al dibujante se extienden por cada rincón de la Argentina, como símbolo de su trascendencia artística y política. Esta batalla cultural se libra en la calle; como diría en los cuadros finales  el personaje que personifica al autor al momento de escribir lo que Juan Salvo le contó, para prevenir la invasión : "Será posible".

No hay comentarios:

Publicar un comentario